Puede parecer historia antigua, pero vivíamos en tiempos estresantes incluso antes de que una pandemia viral arrasara el planeta. Según la edición de 2019 de la encuesta anual «Stress in America», supervisada por la Asociación Americana de Psicología, algunos de los mayores factores de estrés en el país en ese momento incluían el aumento de los costes sanitarios, los tiroteos masivos, la discriminación, el cambio climático, la inmigración y las próximas elecciones presidenciales. En el ámbito personal, alrededor del 60% de los adultos declararon sentirse estresados por el trabajo y aún más por el dinero. Basta con decir que el año 2020 no ha mejorado las cosas.
Según un nuevo informe de The Washington PostEl estrés está afectando a muchos de nosotros de forma tan profunda que somos incapaces de concentrarnos y realizar las funciones básicas de nuestro trabajo y nuestra vida. «Hay personas que acuden a mí por primera vez, pensando que tal vez tienen TDAH», explicó Roseann Capanna-Hodge, doctora en educación y psicóloga clínica con sede en Connecticut. «Los factores estresantes agravados han hecho mella en una nación que ya se encontraba en un punto álgido de estrés».
Si sientes estrés agudo o alguno de los efectos secundarios asociados al estrés -que, según la Clínica Mayo, incluyen dolores de cabeza, inquietud, arrebatos de ira, retraimiento social, tensión muscular, tristeza y depresión, falta de sueño y de motivación o concentración-, puede que te interesen los resultados de un nuevo estudio publicado en la revista Emotionque ofrece al menos una práctica táctica mental que puedes poner en práctica en casa (o en cualquier otro lugar, en realidad) y que puede ayudarte a manejar mejor tus emociones. (Más información a continuación).
Según los autores del estudio, del Departamento de Psicología y del Hospital Universitario de Psiquiatría de la Universidad de Zúrich, las personas reaccionan al estrés de forma diferente, y todo se reduce en gran medida a distintos grados de resiliencia.
«Mientras que un gran segmento de la población resulta ser resiliente en momentos de estrés y eventos potencialmente traumáticos, otros son menos robustos y desarrollan enfermedades relacionadas con el estrés», escriben. «Los acontecimientos que algunas personas experimentan como agotadores parecen ser una fuente de motivación y creatividad para otras».
En otras palabras, los científicos afirman que quienes atraviesan situaciones estresantes mejor están dotados de más «autoeficacia», es decir, la creencia de que «tenemos la capacidad de influir en las cosas al menos en un pequeño grado».
«Las personas con autoeficacia tienen una mayor capacidad para resolver problemas y un mayor nivel de persistencia», explican. «También muestran cambios en la activación cerebral en regiones vinculadas a la regulación emocional».
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Todo esto nos lleva a preguntarnos: ¿Hay cosas que los demás podamos hacer para inyectarnos un poco más de autoeficacia cuando nos sentimos estresados y como si la vida fuera demasiado difícil de manejar? La respuesta es sí, y se hace de forma muy sencilla: Debes tomarte un tiempo para respirar y luego recordar un momento muy concreto de tu vida en el que te hayas sentido «especialmente autoeficaz». Algunos ejemplos son los momentos en los que has tenido una conversación exitosa, has superado una prueba o un examen muy difícil, o la vez que clavaste la presentación. «En muchos casos», señalan los autores, «hacer este ejercicio una sola vez ya era suficiente para conseguir un efecto positivo».
Lo importante es que elijas un momento en el que hayas mostrado todas las características de la eficacia.usted actuó bien y esgrimió su poder de influencia. Usted estuvo a la altura de las circunstancias, y tuvo éxito. «Nuestro estudio demuestra que el recuerdo de los acontecimientos autobiográficos autoeficaces puede utilizarse como herramienta tanto en la vida cotidiana como en el ámbito clínico para potenciar la resiliencia personal», concluyen los autores.
Lo interesante es que pensar en un momento de autoeficacia fue mucho más útil para los participantes en el estudio a la hora de reducir el estrés y olvidar las experiencias traumáticas que simplemente imaginar un acontecimiento positivo, como un día bonito o estar con la gente que se quiere. «A las personas que recordaban activamente su propio comportamiento autoeficaz les resultaba más fácil reevaluar una situación negativa y verla bajo una luz diferente», señalan los autores. «Percibieron la experiencia negativa como menos angustiosa que los sujetos a los que se les indicó que reflexionaran sobre un recuerdo positivo no relacionado con la autoeficacia».
Al fin y al cabo, en los momentos de estrés es importante recordarse a uno mismo que «se puede salir adelante», sea lo que sea. Y para conocer más razones por las que deberías tener tu estrés bajo control, asegúrate de conocer Lo que le hace a tu cuerpo estar estresado todos los días.